domingo, 5 de enero de 2020

LOS SIETE ESPEJOS ESENIOS

El pueblo Esenio era una comunidad de Místicos y curanderos que han vivido en Palestina en los tiempos de Jesús.

De hecho era la comunidad donde se crio Jesús.

Su misión era ser guardianes de la antigua sabiduría de la Tierra de los tiempos de Atlantis y trasmitirla a los demás para preparar los tiempos de hoy. Su vida, su cultura y sus tradiciones fueron descubiertas aproximadamente en 1947 con Los Rollos de Qumram que fueron encontrados en jarras de cerámicos en Qumram muy cerca del Mar Muerto.

Ellos nos trasmiten una tecnología interior muy profunda e importante para los tiempos actuales, para el cambio de vibración que está aconteciendo en nuestro Ser y en todo nuestro cuerpo.

Esta tecnología se llama “Los 7 espejos Esenios de la Compasión” y nos ayuda a transformar nuestra manera de sentir y de pensar y ver los acontecimientos de la vida con ojos diferentes.

Cuando este proceso está en marcha, automáticamente nuestras actitudes se modificaran solas porque la naturaleza de nuestro corazón es Divina y quiere el bien para nosotros y para el resto del mundo.

La crueldad viene del dolor de un corazón cerrado que está sufriendo mucho y no lo sabe.

Nuestro propósito en la tierra es evolucionar y “Aprender a amar".

El amor es la alegría, la felicidad, el servicio y encontrar nuestro lugar en el mundo como “Niños de las estrellas” que somos.

El primer espejo: el momento presente

A veces, lo que vemos alrededor es lo que irradiamos en ese instante, en el momento presente. ¿Ves un patrón que se repite en las personas que están contigo? ¿Es rabia, cansancio, tranquilidad, alegría?
¿Es eso lo que sientes? ¿Las personas alrededor son tu reflejo ahora?

Si la respuesta es no, entonces pregúntate: ¿me están mostrando lo que juzgo en este momento?

El segundo espejo: lo que juzgamos

A veces juzgamos a las personas que nos rodean o los otros nos juzgan y nos ponen etiquetas.

Si el comportamiento de la persona con la que estamos nos frustra o irrita, si su actitud desencadena una discusión, tal vez estemos juzgando alguna emoción.

La ira y el odio nos muestran nuestra propia herida, dónde no nos estamos amando a nosotros mismos.

Lo que veo en los demás es un reflejo de lo que hay en mí mismo/a.

Los consejos que doy son los consejos que me doy.

Las necesidades que veo en los demás son mis propias necesidades.

Juzgo en otros lo que condeno en mí.

Lo que me molesta de los demás es lo que me molesta de mí mismo, y lo que me agrada de otros también es lo que me agrada de mí mismo.

El tercer espejo: el amor olvidado

En el momento en que miras a alguien a los ojos y sientes una conexión, una familiaridad, una atracción magnética en tu cuerpo, y quieres pasar más tiempo con esa persona, pregúntate: ¿qué es lo que veo en esta persona, de mí mismo/a, que he perdido, que he traicionado o que me han quitado?

El tercer espejo refleja lo que hemos perdido, dejado, perdido de nosotros mismos/as durante la vida, (inocencia, alegría, capacidad de disfrutar, juventud, etc.), con el fin de alcanzar nuestros objetivos, o conseguir más poder o control sobre los demás.

También refleja la atracción que sentimos por alguien que encarna eso que hemos perdido o que otros nos han quitado.

Y confundimos esta atracción con el amor. Cuando esa carga que reflejamos el uno en el otro desaparece, muchas parejas se rompen porque creen que ya no se aman, cuando nunca lo han hecho. Otras parejas se dan cuenta que disfrutan mucho la mutua compañía y deciden seguir juntos cuando desaparece ese carga-espejo-atracción

El cuarto espejo: patrones, adicciones y obsesiones

Este espejo tiene que ver con los patrones de comportamiento repetitivos, las adicciones y obsesiones que se desarrollan despacio y de forma gradual.

Este espejo nos permite ver si, poco a poco, estamos dejando a un lado lo que más apreciamos en nuestra vida.

El quinto espejo: padre y madre

El padre y la madre son los espejos más potentes y más cercanos que tenemos.

Ellos nos permiten ver por qué vivimos la vida que vivimos. Ellos nos muestran nuestras expectativas y creencias. Ellos son un ejemplo de lo que queremos repetir y de lo que preferimos evitar. Cuando tomamos consciencia, los liberamos de esa tarea.

Nuestros padres son, por encima de cualquier otra persona, los que nos dan las mayores oportunidades de descubrirnos.

Ellos son, durante gran parte de nuestra vida, nuestros mayores espejos. Son los que nos muestran desde su ejemplo de vida lo que no debemos repetir o, en el mejor de los casos, lo que sí es excelente.
El sexto espejo: la noche oscura del alma

Este espejo nos recuerda que la naturaleza y la vida tienden al equilibrio. Los desafíos (enfermedades, problemas, duelos) suceden cuando podemos superarlos con maestría para liberarnos de nuestros apegos, para vernos de otra manera.

Nosotros creamos esos grandes conflictos cuando tenemos las herramientas y la maestría para aprender de ellos y salir adelante. Son una oportunidad, sin punto de referencia previo, y solo llegan cuando somos capaces de vivirlos.

  El sexto espejo nos muestra la percepción condicionada de lo que entendemos por luz y oscuridad.

Tanto la luz como la oscuridad existen para mostrarnos algo y existen como un mismo fenómeno. El miedo surge cuando vemos estas dos fuerzas como algo separado.

Al reconciliar las dos fuerzas (luz y oscuridad, bien y mal) y al entender que no pueden existir la una sin la otra, abres la puerta de la compasión. A medida que sanas tus recuerdos, ayudas a sanar la memoria universal del miedo.

El séptimo espejo: la perfección en la imperfección

Cuando percibimos los desenlaces de nuestras acciones como logros o fracasos, lo hacemos al compararnos o medirnos con algo externo.

El séptimo espejo nos invita a aceptar cada aspecto de nuestra vida, ya sea nuestro físico, nuestro intelecto, nuestras habilidades y experiencias, tal y como son en este momento. Solo juzgamos cuando comparamos con una referencia externa.

Este espejo nos invita a permitir ver la perfección en la imperfección de la vida. Es decir, aceptar que todo pasa por una razón y que podemos ser felices, así como somos. Solo nos sentimos imperfectos cuando nos comparamos con algo externo.

En tus manos está la alternativa del cambio, de la evolución, del amor. Los espejos nos ayudan a ver aquello que aún no vemos de nosotros mismos.

“Por favor realiza tu propia investigación. La información que comparto es sólo un catalizador para expandir la conciencia. No deseo que nadie crea ciegamente lo expuesto.

Busca la verdad por ti mismo. No estoy aquí para enseñar, predicar o liderar, sino para ayudar humildemente a despertar la conciencia de los demás y la mía propia”. Namasté.

Referencias
Braden, Gregg. [LamatX], 6-may-2012. The 7 essene mirrors, Youtube, (2 h).
Blanes, Virginia. Amar sin sufrir. El libro de los hijos. No todos somos padres, pero todos somos hijos. Ediciones Gaia. Móstoles, 2017.

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